TÉCNICAS DE AUTOCONTROL EN DEPRESIÓN
La depresión es actualmente uno de los trastornos más
frecuentes a nivel mundial, y por ende su estudio se ha visto incrementado
sustancialmente. La depresión es
susceptible de ser tratada de muchas maneras, de acuerdo con las diferentes
perspectivas como se la entienda El modelo de Rehm entiende a la depresión como aquello que es causado por la falta de un refuerzo consistente de la conducta; es decir, se crea en el individuo una dificultad e incluso incapacidad para obtener estímulos positivos por parte del medio. Y está falta de reforzadores es ocasionada por el mismo individuo, que no puede asegurar su conducta de manera que pueda obtener estos refuerzos positivos, y además implica que el individuo no es capaz de auto gestionarse (Rehm, 1977).
Es
por ello, que la depresión caracteriza a la persona con una dificultad en el
autocontrol y la adecuación del propio comportamiento a la realidad; acompañado
de una tendencia a focalizarse en los elementos negativos, acarreando una
autoevaluación negativa, e inevitablemente el autoconcepto y autoestima se verán
reducidos.
Pero
primero ¿Qué es el Autocontrol?
El
autocontrol se refiere a aquellos procedimientos de terapia cuyo objetivo es
enseñar a la persona estrategias para controlar o modificar su propia conducta
a través de distintas situaciones, con el propósito de alcanzar metas a largo
plazo (Rehm,
1991). Eso está en consonancia con la
enseñanza de estrategias preventivas y de afrontamiento autónomo en el mundo
real, de los problemas que aquejan a la persona. La terapia de autocontrol de
Rehm es un propuesta cognitivo conductual especialmente diseñada para el
tratamiento de la depresión
Rehm considera que la
conducta es controlada por la persona a través de 3 procesos básicos:
Autoobservación, Autoevaluación, y Autorefuerzo. Los cuales se deben trabajar
durante la sesión, hasta volverse habilidades que permitirán al individuo el
correcto autocontrol y autogestión
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